Sobre esto último adjunto el material en dos archivos de imágenes que se adjuntan al final del documento.
EN 1945 HABRIA DESEMBARCADO EN ORENSE,
DE UN SUBMARINO NAZI, EL JEFE DE LA GESTAPO DE HITLER
Extraños en la noche
Submarinos pertenecientes a la flota de la Alemania nazi huyeron hacia Argentina al finalizar la Segunda Guerra Mundial. A bordo de varios de ellos se fugaron jerarcas de las SS, temibles criminales en el conflicto. Algunas de las naves se rindieron en puertos nacionales, pero otras depositaron clandestinamente a "pasajeros" en distintos lugares de la costa. De investigaciones periodísticas, avaladas por documentos de la Armada Argentina, se desprende que los famosos "lobos grises" del Tercer Reich merodearon las playas tresarroyenses. De hecho, hay constancias de avistamientos en Claromecó y Reta. Y es más, Heinrich Muller, el jefe de la "Gestapo", habría desembarcado, en 1945, en balneario Orense. Por primera vez en Tres Arroyos, "El Periodista" aborda el tema. Exclusivo informe especial conteniendo la palabra de Jorge Camarasa, escritor especializado, asesor del Centro "Simon Wiesenthal" y autor de los libros "Argentina como refugio de nazis" y "ODESSA al sur"
Nadie desconoce que nuestro país fue refugio de nazis criminales de guerra tras la finalización del segundo conflicto bélico mundial en 1945. De hecho, en la última década, fue descubierto en Bariloche Erich Priebke, quien en 1995 fue extraditado por Argentina a Italia para que se lo juzgara por su participación en la masacre de las Fosas Ardeatinas, una mina abandonada donde Priebke y sus camaradas fusilaron a 335 personas, que tenían las manos atadas por la espalda, de un disparo en la nuca.
El propio asesino relató aquel acto de barbarie y crueldad ocurrido el 24 de marzo de 1944. En su libro "ODESSA al sur", el periodista Jorge Camarasa transcribió textualmente las palabras que le dijo Priebke en una entrevista que le realizó al día siguiente de que todo el mundo se enterara que Argentina le había servido de refugio desde el año 1948. "La orden era que los oficiales teníamos que participar para dar el ejemplo (...) Yo tuve que matar a dos personas, pero no recuerdo ni cómo eran. Adentro de la cueva todo estaba en penumbras, y la única luz era la que venía de unas antorchas sostenidas por soldados".
Además de Priebke, hay certezas de que varios centenares de nazis eligieron estas tierras para escaparse de los juicios a los cuales hubieran sido sometidos si permanecían en su país tras la derrota de Hitler. Solamente en Bariloche, se sabe que estuvo Joseph Mengele, el tristemente célebre médico del campo de concentración de Auschwitz; Hanz Ulrich Rudel, piloto de la aviación alemana del Tercer Reich que gustaba de participar en los torneos de esquí organizados por el Club Andino de la ciudad patagónica; el financista Ludwing Freud y Friedrich Lantschner. También se cuenta que el mismísimo Adolf Eichmann solía visitar Bariloche en sus vacaciones.
La pregunta es ¿cómo ingresaron y permanecieron sin ser descubiertos los criminales en nuestro país?. La respuesta es lo suficientemente conocida en la actualidad, pero al mismo tiempo nos conducirá a revelar algunos datos inéditos en Tres Arroyos sobre hechos sucedidos en las costas de Claromecó, Orense y Reta hace 56 años.
Ya nadie desconoce que los miles de nazis que llegaron a nuestro país tras la derrota militar alemana en la Segunda Guerra Mundial, entre los que se encontraban varios de los criminales más buscados de la historia, habrían contado con la ayuda del gobierno del general Perón y de ciertos sectores de la iglesia para poder instalarse en diferentes sitios de la Argentina o para llegar vía Buenos Aires a otros países sudamericanos.
Según datos estadísticos citados por Jorge Camarasa en "ODESSA al sur", entre 1945 y 1955 ingresaron al país alrededor de 100.000 inmigrantes alemanes y austríacos, de los cuales entre 11.000 y 21.000 lo hicieron con papeles falsos y nombres cambiados. A su vez, menciona que algunos de los jerarcas nazis más importantes podrían haber desembarcado ilegalmente en la costa argentina desde submarinos alemanes que sorprendentemente, luego de haber combatido en el Atlántico Norte y en el Mar del Norte, habían decidido rendirse en lugares bastante alejados de esa zona, como el puerto de Mar del Plata.
En el capítulo "La fuga del 'Gestapo' Muller", Camarasa dice: "(...) Los antecedentes de la presencia de Heinrich Muller en la Argentina que ya había conseguido hasta entonces, eran imprecisos y contradictorios. Alguien me había contado que el hombre había desembarcado de un submarino frente a las costas de Orense en 1945, que el pesquero de altura Ottolenghi lo había trasladado hasta Necochea, y que de allí se había ido a Coronel Pringles para organizar las fugas de los marinos del Graf Spee que estaban internados en el viejo hotel de Sierra de la Ventana (...)".
Los datos mencionados en ese párrafo del libro, dan cuenta no sólo de posibles desembarcos en la costa de Tres Arroyos, sino que también inducen a pensar que, al igual que sucedió en Bariloche, el sur de la provincia de Buenos Aires pudo haber servido como refugio a criminales de guerra nazis.
Submarinos alemanes en la costa
Más allá de estas especulaciones y aunque no sea posible precisar si hubo o no desembarcos, existen al menos datos oficiales que demuestran que los submarinos de la "Kriegsmarine" navegaron las costas de nuestro partido en los meses de julio y agosto de 1945.
Al terminar la guerra, los famosos y temidos "lobos grises", denominación con la que se conocía a los submarinos alemanes, causantes de numerosas bajas y pérdidas materiales a los aliados en la lucha marítima, recibieron la orden de retirada y posterior hundimiento con el fin de no entregar las naves al enemigo.
Muchos cumplieron con esa orden, la cual fue muy pocos días después dejada sin efecto, y otros decidieron rendirse. Los submarinistas que estaban próximos a las costas inglesa o noruega optaron por alguna de esas dos alternativas, pero quienes se hallaban mar adentro o escondidos en los profundos fiordos eligieron hundir los submarinos en lugares lejanos, donde pudieran, además, escaparle al destino de prisioneros de guerra que los aguardaba.
Argentina se mantuvo casi hasta el final de la guerra como país neutral aunque el gobierno de Perón mostró siempre una posición progermana, lo cual posiblemente alentó a los marinos a rendirse en nuestros puertos. Tal es así, que el 10 de julio de 1945 el submarino U-530 de la flota alemana capituló en Mar del Plata, lo mismo hizo el 17 de agosto el U-977.
Pero estos no fueron los únicos "lobos grises" que navegaron la extensa costa argentina. Por informes de inteligencia, la marina nacional conocía que había submarinos alemanes que viajaban en dirección al sur de Tierra del Fuego, con el propósito de cruzar hacia el Océano Pacífico y navegar a Japón, hecho que tenían orden de impedir. Sin embargo, el Ministerio de Guerra nacional, que había ordenado desplegar la flota argentina desde el Río de la Plata hasta la Isla de los Estados ante la llegada de los submarinos alemanes, emitió luego una contra orden que indicaba que las naves argentinas debían replegarse y guardarse en Puerto Belgrano. El ministro de guerra era el General Juan Domingo Perón.
Según documentos de la Armada Argentina que fueron revelados por el diario "La Nación" en el año 1997, el 25 de julio de 1945 se registró el avistamiento de un submarino frente a las costas de Claromecó. Documentos similares dan cuenta de una serie de avistamientos similares por esos días en la zona de Necochea, San Clemente del Tuyú y Balneario Reta.
Si los informes que poseía la marina nacional indicaban que los submarinos intentaban navegar hacia Japón, las preguntas que surgen son: ¿qué motivos tenían entonces para acercarse tanto a la costa?, ¿por qué no viajaban sumergidos?, ¿por qué los mismos marinos que habían sido capaces de burlar el poderío de las fuerzas aliadas que los perseguían, se arriesgarían a salir a la superficie en zonas donde podían ser vistos y obligados a rendirse?, ¿debían bajar algún "pasajero" en las zonas donde fueron vistos?. De ser así, ¿de quién se trataba?.
La prensa internacional especulaba, sobre el final de la guerra, con la posibilidad de que Adolf Hitler y su mujer, Eva Braun, se habían fugado de Alemania en un submarino de la "Kriegsmarine". Había dos motivos para que el periodismo alentara esta posibilidad: por un lado, las primeras investigaciones realizadas en el búnker del Fuhrer en Berlín daban cuenta de la ausencia de los cadáveres del líder del Tercer Reich y su esposa, lo cual hacía suponer que la historia del suicidio y posterior cremación de los cuerpos había sido parte del plan de fuga; por otra parte, el almirante Karl Doenitz, el mismo que había dado la orden de hundir todos los submarinos al finalizar la guerra, había dicho en el año 1943 que "la flota submarina alemana estaba orgullosa de haber construido un paraíso terrenal, una fortaleza inexpugnable para el Fuhrer, en algún lugar del mundo".
¿Por qué no pensar, entonces, que aquel lugar hubiera estado en Sudamérica, y que esa era la causa de la presencia de los submarinos en la costa sur de la provincia de Buenos Aires?. El misterio durará toda la vida.
Desembarcos en la madrugada
Jorge Camarasa ha asesorado al Centro Simon Wiesenthal, famoso por su trabajo destinado a darle caza a los criminales de guerra nazi que se escaparon de Alemania sobre el final de la guerra. El investigador, que dialogó en forma exclusiva con "El Periodista", está trabajando actualmente en la realización de un nuevo libro sobre la presencia de los submarinos alemanes en la costa argentina.
El autor de "ODESSA al sur" le dijo a este periódico que ha conseguido alrededor de 70 documentos de la Armada Argentina sobre el tema de los submarinos de la "Kriegsmarine". De estos informes se desprende que en la zona que va desde San Clemente del Tuyú hasta algo al norte de Comodoro Rivadavia se produjeron unos 12 desembarcos. Estos hechos se registraron entre el 10 de julio y el 17 de agosto de 1945. Llamativamente esas son las fechas en que se rindieron en Mar del Plata dos submarinos alemanes.
El escritor acotó que durante esos casi 40 días se registró un desembarco en Quequén; avistamientos en el sur de Necochea; en Camarones, un pueblo cercano a Comodoro Rivadavia; en Ingeniero White y en San Antonio Oeste, donde además se produjo un contacto militar con un buque argentino que disparó cargas de profundidad contra un submarino alemán.
Camarasa, quien actualmente trabaja en el diario "La Nación", desconoce si en la costa tresarroyense se produjeron desembarcos desde submarinos alemanes, pero confirmó que los documentos de la Armada indican que el 23 de julio de 1945 se produjo el avistamiento de una de estas naves en las costas de Reta.
De las más recientes investigaciones realizadas por el escritor y periodista también se desprende que hubo desembarcos en la zona de lo que hoy es Villa Gesell donde, por relatos de testigos presenciales, se sabe que desde los submarinos se bajaban solamente algunas pocas personas y cajas que podrían haber contenido documentación de las actividades nazis. También se conoce que esas personas permanecían en la incipiente villa por algún tiempo y luego se marchaban. ¿Habrá sucedido lo mismo en alguno de nuestros balnearios?. Los elementos existentes alientan a pensar que efectivamente así fue.
Setiembre del 2001
El Periodista de Tres Arroyos.
Tres Arroyos, Pcia. de Buenos Aires, República Argentina